Una historia real de crisis financiera, caos emocional y renacimiento
Hay momentos en los que la vida parece detenerse. No por tranquilidad… sino por presión, ansiedad y desespero.
Momentos donde sientes que no puedes más, que todo se te vino encima y no hay salida. Yo estuve ahí. Sé exactamente lo que es vivirlo.
Toqué fondo emocional y financiero. Perdí el rumbo, la fuerza y por momentos, incluso las ganas. Me vi sola con hijos, deudas, amenazas de embargo, sin ingresos y sin energía. Lloré mucho. Me quebré. Pero también… me reconstruí.
Y por eso hoy te digo: tocar fondo también es parte del camino.
No es el final. Es un punto de reinicio. Es la oportunidad para volver a ti, mirar con claridad y tomar decisiones que quizás nunca te habrías atrevido a tomar desde la comodidad.
Tocar fondo me obligó a:
- Pedir ayuda sin vergüenza.
- Dejar de aparentar y empezar a vivir con verdad.
- Organizar mis finanzas con estrategia y conciencia.
- Sanar mi relación con el dinero y conmigo misma.
- Conectar con Dios, con la vida y con una nueva versión de mí.
Por eso, si estás pasando por un momento difícil, no huyas del fondo. Abrázalo. Entiéndelo. Y empieza a construir desde ahí.
Yo estoy aquí para ayudarte si lo necesitas. Porque nadie debería caminar en soledad por un túnel del que sí se puede salir.